El sabor amargo se percibe en la parte más profunda o interior de la lengua, casi al final.
Esta característica de sabor está presente especialmente en los vinos tintos y se debe a la
concentración de taninos que posee. En especial, el vino tinto presenta esta característica
amarga por la cantidad mayor de taninos que posee. Estos elementos se llevan bien con
los sabores fuertes como carnes rojas, pescados o ahumados.
El sabor dulce se percibe en la punta de la lengua. Todos los vinos contienen azúcar.
Los vinos secos tienen menor concentración de azúcar. Los semi-secos, tienen mayor
concentración de azúcar y son los que llamamos “dulces”. Los vinos dulces acompañan
muy bien los alimentos salados. Entre las uvas más dulces están: Moscatel, Lambrusco,
Branchetto, Riesling & Sauvignon Blanc.
Se percibe en la parte central y media de la lengua. El sabor salado está presente
en todos los tipos de vinos. El sabor salado proviene de los minerales que contiene el
vino y el mismo es casi imperceptible para la mayor parte de los consumidores.
El sabor ácido de los vinos y otros alimentos se percibe en los sensores laterales de la
lengua y es fácil de identificar. Este sabor se encuentra en la mayor parte de los vinos,
no importa si son tintos, blancos, espumosos o generosos. Los vinos que no se
encuentran en óptimas condiciones pierden su acidez, cualidad que le brinda la frescura.
La acidez en los vinos ayuda a maximizar su sabor, el cual combina excelente con los
alimentos grasos, aceitosos o cremosos.
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